Contenido principal

Twitter icon
Facebook icon

Recomendaciones para el consumo seguro de pescados

27/03/2018

- Adquirir los pescados y sus productos derivados en establecimientos habilitados para tal fin y que cuenten con condiciones higiénicas adecuadas

- Siempre debemos adquirir pescados conservados en frío. Nunca aquellos que estén expuestos al aire libre

- El pescado, por su composición, es muy susceptible a sufrir alteraciones que se hacen perceptibles de forma inmediata, indicándonos que no debemos consumirlo. Para corroborar que el pescado esté en buenas condiciones, se debe tener en cuenta lo siguiente:

 

• Escamas: deben estar bien unidas entre sí y fuertemente adheridas a la piel. Deben conservar su lucidez y brillo metálico, y no presentar viscosidad.

• Piel: debe estar húmeda, tensa y bien adherida a los tejidos. No debe presentar arrugas ni laceraciones. Tiene que conservar los colores y reflejos propios de cada especie.

• Ojos: deben ocupar toda la cavidad orbitaria, ser transparentes, brillantes y salientes.

• Branquias: su color debe presentarse de rosa a rojo intenso, estar húmedas y brillantes.

• Musculo: de carne firme; debe ser elástico, estar bien unido a los huesos y no se deben desprender de ellos al ejercer presión con los dedos. El color debe ser natural. Por lo general, es blanquecino a ligeramente rosado, pero algunas especies, como el salmón, tienen colores más intensos.

• Olor: suave característico.

 

En ninguna circunstancia debemos consumir pescado cuando:

- Tenga una consistencia blanda y floja. Una forma de comprobar esto es hacer presión con los dedos y ver si las marcas persisten.

- Presente pérdida del brillo metálico de la piel y formación de una viscosidad pegajosa sobre la superficie.

- Los ojos estén hundidos.

- Las branquias se tornen de color gris y negro verdoso.

- Tenga olores extraños o anormales.